Rayos!
Hoy, en un documental de la National Geographic Channel que pasaron en la TV (https://www.youtube.com/watch?v=l1ei2QqUmko#t=29) hablaron de algo que me pareció increíble y que provocó un movimiento de pensamientos estancados, abriéndome a nuevas ideas y preguntas. Aquí la noticia: Un grupo de investigadores que estudiaban los rayos que se producen en las tormentas descubren que no es verdadera la teoría más aceptada y que todos conocemos de cómo se producen esos rayos. Esta teoría hablaba de una acumulación de energía en las nubes que se descargaba sobre la tierra o en otra masa de nubes de carga opuesta. Lo cierto, decía el documental, es que los investigadores midieron esas acumulaciones electrostáticas en las nubes y descubrieron que era imposible que se produjeran descargas semejantes (del orden de los 15 millones y hasta 200 millones de voltios!) con la energía acumulada que se había medido. Dudaron de las mediciones y las rehicieron con métodos variados y todas echaban por tierra la teoría comentada: en las nubes de tormenta hay energía eléctrica pero no es suficiente para producir el rayo. Al día de hoy, y para mi total sorpresa, no hay una certeza científica de cómo es que se producen los rayos.
Al escuchar esto me acordé de los manuales escolares de mi infancia que nos explicaban todos los fenómenos cotidianos de la naturaleza: la lluvia, el viento, el granizo, cómo se forman las nubes... y los rayos! No recuerdo que el manual dijera: "la teoría mas aceptada es la de la carga electrostatica en las nubes...". No. Nos lo enseñaban como un hecho cierto y perfectamente comprobado, una explicación sin fisuras que clausuraba dudas y cerraba las ideas.
Me pregunto ¿qué llevó a enseñar esa teoría como un hecho científico comprobado?, ¿porqué no había lugar para la ignorancia en el manual escolar? ¿qué impedía decir: no sabemos, entreabrir la puerta del conocimiento, dejar un vacío?
Me formulé muchas preguntas de este tipo que me ayudan a comprender la mirada y la intención de la educación que recibimos y de la capacidad que tiene la transmisión del conocimientos, la educación, de generar estructuras mentales. Las estructuras mentales son la forma de la mente.
También recordé la busqueda del ser humano a lo largo de su evolución, del contacto con lo sagrado, con la profundidad de si mismo. La busqueda de una conexión a lo profundo de la conciencia. No se buscaba, en este caso, una explicación sino una experiencia sagrada. Desde antiguo se asoció el rayo y el trueno con lo sagrado (Thor, Zeus, Indra y otros dioses hacen alegoría de esta experiencia). La conmoción que produce esa expectativa y esa explosión del trueno, la luminosidad del rayo y esa vibración del mundo y del cuerpo que produce el trueno sirvió tal vez para conectar con lo sagrado. Quizás se pensaba que ese rayo luminoso venía de los cielos a sacudír el mundo, despertando al hombre a una realidad incomprensible que intuía sagrada.
El documental seguía mostrando la sorpresa de los científicos al "descubrir" que un hecho tan simple y cotidiano como es el rayo carece de explicación científica aún y esa ignorancia empuja a abrirse a nuevas teorías, formulando nuevamente viejas preguntas: ¿de dónde sale tanta energía, ahora que sabemos que no está en las nubes, ni en la tierra? Nuevas investigaciones descubrieron que los rayos transportan otras partículas, partículas que no están en las nubes ni en el aire sino que vienen del espacio exterior, partículas que se produjeron en explosiones de estrellas, hace millones de años en el centro de la galaxia, que viajan eternamente por el espacio, que bañan la tierra y finalmente se convierten en descargas eléctricas en las tormentas a través de la carga electrostática de las nubes que funciona como catalizador.
Es una de las posibles explicaciones, pero esta vez es solo una teoría.
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