Resumen del Timeo de Platón
(Trabajo personal de Daniel F.)
Explica luego el T. la naturaleza de los cuatro elementos de Empedocles, sus cualidades y sus transformaciones cíclicas. Asimilándolos a figuras sólidas compuestas de triángulos.
Teorizando acerca de la conformación última de cada elemento, compuesta de triángulos que combinando sus aristas y ángulos dan nacimiento a cuatro formas elementales. Al fuego le corresponde un tetraedro; a la tierra, el cubo; el octaedro equivale al aire; y el icosaedro al agua. Probablemente Platón quisiera asimilar el dodecaedro a la esfera, y hacer coincidir ésta con la totalidad del cosmos. Estos triángulos son las partícula últimas que ensamblándose y volviendo a recombinarse producen disoluciones, licuaciones, solidificaciones, flujo, etc., de los cuerpos elementales, mutando de unas formas a otras.
Se explica luego en el T. que los cambios en las formas necesitan de la percepción para ser conocidas y ensaya luego conceptos de lo caliente, lo frío, lo suave y lo áspero, lo blando y lo duro, lo placentero y lo doloroso, etc. Y cómo los distintos órganos sensoriales conducen esas sensaciones abriéndose paso hacia la inteligencia y el corazón.
Luego el T. intenta explicaciones para los procesos corporales, tales como la alimentación, la excreción, la respiración, y también la salud y la enfermedad, asociando estos procesos a procesos mentales como el aprendizaje, el olvido, la osadía, el desenfreno, el desgano, etc. Influyendo en el carácter y la bondad o la maldad, la virtud o el vicio de los hombre. Estos procesos derivados de un buen o un mal estado del cuerpo se trasladan finalmente a la polis, socializándose.
Cerca del final del libro donde se hace una revisión sintética de lo expuesto se lanzan estas ideas inspiradoras: “Debemos recordar, dice Timeo, que el demiurgo nos otorgó a cada uno la especie más importante en nosotros como algo divino y sostenemos con absoluta corrección que aquello de lo que decimos que habita en la cúspide de nuestro cuerpo nos eleva hacia la familia celeste desde la tierra, como si fuéramos una planta celestial y no terrestre. Pues de allí de donde nació la primera generación del alma, de lo divino pendemos y lo divino pone todo nuestro cuerpo en posición erecta. Por necesidad, el que se abandona al deseo y la ambición y se aplica con intensidad a todo eso, engendra las doctrinas mortales y se vuelve lo mas mortal posible, puesto que es esto lo que ha cultivado. Para el que se aplica al aprendizaje y la filosofía y ejercita este aspecto en él, es de toda necesidad, creo yo, que piense lo inmortal y lo divino, y, si realmente entra en contacto con la verdad, que lo logre, en tanto es posible a la naturaleza humana participar de la inmortalidad. Puesto que cuida siempre su parte divina, y cuida al dios que habita en él, es necesario que sea feliz.”
Se puede ver el texto del Timeo completo siguiendo este enlace:
http://www.philosophia.cl/biblioteca/platon/Timeo.pdf
http://www.philosophia.cl/biblioteca/platon/Timeo.pdf
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