LA METAFORA DE "HORIZONTE"
La mirada natural:
Si estoy de pie, en un llano, puedo extender la vista unos 5 km hasta la “línea de horizonte” que percibo como "límite" debido a la convexidad de la tierra. Un marinero subido a un mástil de 20 metros verá el horizonte a 16 km de distancia a su alrededor y volando a 1000 mts de altura el aviador tendrá una perspectiva de casi 120 Km. Desde 10 Km de altura se puede ver hasta 380 Km. Alejándose aún más de la tierra se ve el espacio curvo de la superficie del globo y se configura por primera vez una nueva forma.
La mirada ingenua o externalizada, que mira al mundo externo sin el darse cuenta del mundo interno actuando le dió a lo largo de la historia, distintos significados al horizonte. La resistencia a salir del plano de lo perceptual, los monstruos y los nuevos mundos más allá del horizonte, tal vez no sean solo cosas del hombre del pasado. En esos significados proyectados intuímos un paisaje interno, una forma de ver al mundo, al ser humano y a si mismo.
¿Qué nuevos caminos, qué nuevos mundos buscamos? ¿qué nuevos monstruos tememos detrás de los nuevos horizontes? ¿Qué nueva forma del mundo no podemos aceptar?
ACERCA DE LA IDEA DE HORIZONTE
Silo, en Psicología de la Imagen, expone su tesis en tres puntos fundantes que puedo resumir de este modo: la imagen (mental) es un modo activo de estar la conciencia en el mundo; ese modo de estar la conciencia no es, ni puede ser, independiente de la espacialidad (siempre mental); y dependiendo de la ubicación de las imágenes en esa espacialidad, estas cumple distintas funciones.
Al hablar del sistema de representación actuante, considera al espacio de representación como una "escena" o como una "región" limitada por un "horizonte" (mental) donde se estructuran numerosas imagenes obtenidas por los diferentes sentidos (externos e internos). Se deja claro que no se está haciendo mención a un espacio físico o a un cuasi-espacio mental, sino que se expone de ese modo para referirse a la espacialidad de las imagenes, configuradas por un sistema de reprentación que tiene como base las diferentes fuentes perceptuales.
Ese horizonte es una suerte de límite entre diferentes regiones mentales que da ubicación y permite el traslado por regiones temporales y espaciales de la mente. Estas regiones se estructuran unas con otras configurando relaciones, expresiones y significados (Contribuciones al Pensamiento, Edit. Planeta, pag 22 ).
Parece claro (a mi me lo parece) en este caso, que el horizonte como imagen mental hace metafora de su atributo perceptual: es un límite entre los objetos de la presencia y lo que queda alli, detrás del horizonte, en co-presencia.
Al planificar, por ejemplo, el día de hoy, ubico mi horizonte temporal a una cierta "distancia" y abarco con la mirada una determinada "porción de tiempo" que me permite establecer relaciones con un encuadre preciso; y si en cambio, planifico el próximo mes o el próximo año "alejo" ese horizonte y la región mental se amplía en objetos y relaciones.
Al decir "alejo" o "acerco" el horizonte mental, no expreso con propiedad el acto que realizo, ya que lo que intenciono activamente modificar (en este caso) es mi punto de interés (o la amplitud de mi mirada: día, mes, año, etc.). Cuándo planifico el próximo año "siento" como se modifica la espacialidad interna, y el horizonte temporal se ubica "más lejos", incluyendo y estructurando como "presentes", objetos y regiones mentales que están "copresentes".
LO COPRESENTE EN LA ESPACIALIDAD DEL REPRESENTAR
Si, por ejemplo, me dispongo a preparar mi desayuno, comienzo a imaginar los objetos que están incluídos en la región mental "desayuno": café, jugo, pan tostado, manteca, taza, cuchara, azúcar, etc. Si comenzara a colocar en la mesa herramientas de carpintería, por ejemplo, se haría evidente la desubicación mental en referencia a mi interés: desayunar. Habrán entrado a mi presencia objetos que pertenecen a otras regiones y que si bien existen copresentes, no corresponden a esta región mental limitada entre horizontes.
En el ejemplo, al elegir alimentos y utencillos puedo ver mi biografía en acción: los gustos que tengo hoy fueron formados por mi educación familiar, mi posición social, la región donde crecí, el entorno cultural y epocal en el que me formé, etc.
En el simple acto de preparar un desayuno puedo ver cómo mi biografía me remite a una determinada región de actos y de objetos: adhesiones y rechazos a determinadas substancias, reflejo de hambre condicionado a ciertos horarios por la costumbre, lugares estructurados como adecuados e inadecuados, etc. Así comienzo a descubrir las condiciones que pone mi biográfia.
Silo, advierte que las regiones no son simples conjuntos de objetos agrupados; sino que en la idea de región actúan copresencias objetales y temporales estructurando significados. A esas estructuras las denomina "paisaje interno". Y es desde esas estructuras, desde ese paisaje que interpreto la realidad "del mundo", y esa interpretación, esa mirada, es mi propia biografía en acción, y tal vez algo paradojicamente, es el objeto de mis actos en el mundo.
Si hasta lo más elemental de mi pensar, sentir y hacer está condicionado por mi cultura, mi formación y mis hábitos ¿cómo amplíaré mi libertad? ¿cuánto espacio de libertad hay en mi interior?
CENSURA Y AUTOCENSURA
A fuerza de repeticiones voy grabando recorridos mentales, estableciendo relaciones y significados y en definitiva estructurando la realidad de una particular forma. Mi mirada cotidiana se posa sobre los mismos objetos con gestos habituales. Y si bien intuyo caminos y regiones insospechadas y desconocidas, también reconozco regiones bloqueadas (censuradas y autocensuradas).
Hay realidades internas y experiencias importantes que quedan encerradas en regiones de la mente sin poder ser expresadas y reconocidas, hay tabues que se aceptan, hay posibilidades impensables, hay situaciones dadas que no se cuestionan profundamente; y ese bloqueo de regiones está allí, a veces impuesto a veces autoimpuesto, impediendo relaciones y aprendizajes nuevos y la posibilidad de superación de lo viejo que domina en mi interior.
Tal vez ilusionando seguridad, tal vez temiendo no ser aceptado, tal vez afirmando la posición lograda despliego mi hacer en el mundo. ¿Pero caigo en cuenta de la existencia de ese paisaje de temor, de afirmación o de ilusión?
LA COPRESENCIA DEL MAS ALLA
La muerte se presenta como horizonte temporal definitivo, como el límite de la vida, o como promesa de continuidad tal vez deseada, tal vez temida, o como búsqueda de una certeza de continuidad.
Pero, esa región de la mente lejos de quedar oculta tras el horizonte de la muerte me acompaña en copresencia en cada minuto de mi vida. Esa región, o mejor dicho: lo que creo, lo que temo, lo que espero que haya allí, en el más allá del horizonte temporal, en el tiempo sin tiempo, no es indiferente a mi registro de la vida actual, ya que las regiones presentes se estructuran con las copresentes y configuran mi realidad cotidiana, mi significado.
Parques de Estudio y Reflexión - Chapadmalal, verano de 2012
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio